Un día en que la niebla bajó lo suficiente para atraer dos almas solitarias, comenzó todo, pero lento, con la delicadeza de lo inesperado, sin que ellas mismas lo sintieran, ya estaban atadas con un suave nudo que los ojos mortales no podrían ver.
Y al visitar el abismo como haberse invocado se encuentran otra vez, sin poder evitar que sus corazones palpiten fuerte, pero acallan el sentimiento que brota de sus atormentados poros.
Otra noche sin tocarse, otra noche si amarse, otra noche que la cobardía llena de llagas sus deseos sin dejar mas que el vacío de algo que no ha podido ser, y tal vez nunca sea, so conocen su destino, pero la negra esperanza de unirse sigue latiendo.
Se sienten pero sin tocarse, con las ganas y el deseo a flor de piel, ninguno lo admite pero tal vez las heridas la tengan atada, tal vez la timidez no lo deje actuar, pero esperan saben que esperan, aunque no sepan qué ha de llegar, tan solo siguen y tal vez sigan hasta que alguno grite su verdad, esperaran solo esperan. En silencio.
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